sábado, 28 de julio de 2007

Un “fetiche” para rescatar


Entre los directores y creadores teatrales argentinos más talentosos y provocativos de los últimos años, un nombre resalta, sin dudas, y es el de José María Muscari.
Surgido del under más bizarro (“Mujeres de carne podrida”, entre otras) quien llegó al teatro comercial con éxito (“Electrashock” con Carolina Fal, por ejemplo) y ahora está en su momento de incursionar en el teatro oficial, con el ciclo “Biodramas”, del Complejo Teatral Buenos Aires, que propone dramaturgia alrededor de un personaje de la vida real.

Este joven director propone una obra muy particular, “Fetiche”, alrededor de Cristina Musumeci, una increíble fisicoculturista argentina, campeona del mundo, teóloga y sexóloga, quien cautivó a Muscari de tal modo que lo llevó a recrear e imaginar su vida, su pensamiento, sus temores, con su mirada ácida, despiadada y sumamente creativa, a través de seis actrices que componen distintas facetas de la misma mujer.

Un espectáculo (es pertinente llamar así a sus obras, ya que son verdaderos shows, en donte texto, música, estilo actoral y puesta en escena, se conjugan de tal modo que se alejan de cualquier estereotipo tradicional) que dividirá “las aguas”.

Algunos saldrán encantados y otros, probablemente, no entren en la locura del código de este artista. “Fetiche” posee momentos de gran belleza que logran conmover y que, más allá de banalidades efectistas, y reiterativas en su estilo, en algunos de sus cuadros, busca profundizar en el “alma” de esta mujer que como dice en uno de sus textos la “Cristina”, de María Fiorentino, “dedicó toda su vida” a esta pasión: su cuerpo, aunque sin descuidar su espíritu.

No es la obra de Muscari más reidera, pero sí uno de sus trabajos más maduros, con una impactante puesta, logradas coreografías y un adecuado vestuario y escenografía de la talentosa Marta Albertinazzi.

Son sólidas y potentes las actuaciones de todo este elenco femenino, en donde no falta, como en muchas de las obras de Muscari, la “autorreferencia” para las actrices (brillan Julieta Vallina, Carla Crespo, Edda Bustamante, la travesti Mariana A, quien vuelve a sorprender, como lo hiciera de la mano de Caetano en “Tumberos” y “Disputas”), con especial lucimiento de María Fiorentino y una excepcional Hilda Bernard, a quien es un placer ver tan lanzada y fresca con sus 86 jovenes años.

Una buena propuesta, aconsejable para “mentes abiertas”, que buscan salir de lo convencional. Puede verse este reciente estreno en el acogedor Teatro Sarmiento, del Zoológico.

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